mujer comiendo

¡Olvídate de las dietas y practica la alimentación consciente!

Durante la crisis del COVID-19, encerrados en casa, nos hemos encontrado haciendo múltiples viajes a la nevera o a la despensa, para descubrir que, en realidad, no teníamos hambre. Esos viajes eran motivados en muchas ocasiones por estados de ánimo o emociones como el estrés, el aburrimiento, la angustia, la soledad… o incluso la rabia o el miedo. Es lo que se conoce como el hambre emocional: comemos con la finalidad de calmar emociones o sensaciones.

Y claro, entre el comer demasiado y el moverse menos, han aparecido unos kilos de más que ya pueden empezar a preocupar. Con lo que quizás podemos haber pensado en hacer dieta otra vez, aunque sabemos que esto no soluciona la causa del problema.

Pues hoy tenemos una propuesta que te ayudará a controlar tu peso mientras te alimentas de una forma saludable. Así que, ¡olvídate de las dietas y practica la alimentación consciente o mindful eating!

¿Qué es la alimentación consciente o mindful eating?

La alimentación consciente es una práctica de mindfulness que pretende que llevemos nuestra atención plena a todo el proceso de la alimentación, desde la compra y la cocina, hasta el mismo acto de comer.

Se trata de poner toda nuestra atención en lo que estamos haciendo, de quitar el piloto automático y observar las emociones, las conductas y las rutinas que se desarrollan alrededor del acto de comer.

Por ejemplo, es típico que, con el estrés y las prisas, comamos compulsivamente y no nos demos ni cuenta de lo que comemos. Entonces, claro, ni siquiera identificamos las sensaciones de hambre y saciedad, por lo que acabamos comiendo de más o a deshora.

3 propuestas concretas para una alimentación consciente

  1. Visita tu nevera y tu despensa y reflexiona: ¿qué tipos de alimentos hay? ¿Se parecen a algo que da la naturaleza o son todos platos preparados? ¿Tienen buenos perfiles nutricionales o están cargados de azúcar añadido y grasas saturadas sin apenas nutrientes?
  2. Cuando vayas a comprar, haz la lista de la compra y cíñete a ella. Atiende a qué productos te reclaman cuando estás ya en la tienda. ¿Tienen bonitos envases, son hipercalóricos? ¿Y si te das un capricho diferente? Unos arándanos o unas zanahorias baby pueden ser un buen tentempié. Prueba cosas nuevas que puedan sustituir el picoteo poco saludable.
  3. Come sentado/a, en un entorno tranquilo, respetando unos horarios, sin distracciones como la lectura o la televisión. Mastica bien los alimentos y, si comes en compañía, fíjate en si eres la primera en acabar. Intenta bajar el ritmo, acabar la última. Sáciate, pero no del todo e intenta no llegar nunca a la sensación de no puedo comer ni un bocado más.

Para mejorar tu estado de ánimo, intenta también controlar el estrés, para ello el ejercicio y el descanso son también fundamentales. En Youtube encontrarás muchos tutoriales para la relajación, clases de yoga o estiramientos. Añádelos a tu rutina diaria y verás que te ayudan a estar más centrada y relajada.

También puede ayudarte contar con Kneipp® Stress Balance, un comprimido con tecnología bicapa y doble acción a lo largo del día. Es ideal para momentos en que te ganan las exigencias de la vida diaria y necesitas recuperar la tranquilidad, cuando los nervios, el cansancio y la fatiga no te dejar seguir adelante. Busca entonces un momento para ti que te permita recuperar.

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